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Las legañas en los ojos al despertar son una experiencia común: un residuo que encontramos en las comisuras o en los párpados al abrir los ojos por la mañana. Aunque suele ser algo normal, su exceso, color o textura pueden estar indicando algo más. En este artículo analizamos las causas más habituales, los factores que las agravan y cuándo es necesario consultar con un especialista.

¿Qué son exactamente las legañas?

Las legañas están formadas por una combinación de lágrimas secas, mucosa, células muertas, polvo y grasa ocular (meibum) que se acumulan en la superficie del ojo mientras dormimos. Durante el sueño, el parpadeo se detiene, lo que hace que estos residuos no se eliminen como lo harían en la vigilia. El resultado: al despertar, el ojo puede estar parcialmente cerrado o con una leve sensación de arenilla.

En términos médicos, este fenómeno se denomina secreción ocular matutina y, en la mayoría de los casos, es completamente inofensivo.

Causas más comunes de legañas en los ojos al despertar

Aunque las legañas en los ojos al despertar son parte del proceso natural de protección y limpieza del ojo, hay varios factores que pueden intensificarlas o hacer que cambien de aspecto:

1. Sequedad ocular

Durante la noche, si los ojos no se lubrican correctamente, las glándulas lagrimales pueden producir más mucosa, provocando mayor acumulación.

2. Conjuntivitis

En casos de conjuntivitis bacteriana, las legañas tienden a ser más espesas, amarillentas o verdosas y pueden formar una costra que impide abrir los ojos. Si hay picor, enrojecimiento o fotofobia, es recomendable consultar con un médico.

3. Blefaritis

La inflamación de los párpados, o blefaritis, está causada por un exceso de bacterias o una disfunción en las glándulas de Meibomio. En estos casos, la secreción suele ir acompañada de picor o enrojecimiento del borde del párpado e incluso pérdida de pestañas.

4. Alergias

Las reacciones alérgicas al polvo, polen, ácaros o cosméticos también pueden provocar legañas en los ojos al despertar, especialmente si hay enrojecimiento, lagrimeo o estornudos asociados.

5. Lentes de contacto

El uso prolongado o incorrecto de lentes de contacto puede causar irritación ocular, promoviendo una mayor secreción lagrimal con mucosa al dormir.

6. Entornos secos o con mala ventilación

Dormir en habitaciones con calefacción o aire acondicionado constante puede favorecer la sequedad ocular, uno de los principales responsables del exceso de secreciones.

Aunque la presencia de legañas en los ojos al despertar es habitual, hay señales que indican que puede existir un problema de salud ocular:

  • Secreción espesa, verdosa o con mal olor.

  • Ojos pegados de forma recurrente por la mañana.

  • Dolor ocular, visión borrosa o aumento de la sensibilidad a la luz.

  • Enrojecimiento persistente o inflamación.

  • Afectación en ambos ojos de forma simultánea.

En estos casos, se recomienda acudir a un oftalmólogo para descartar infecciones o enfermedades inflamatorias.

Higiene ocular y prevención

Mantener una buena higiene ocular puede reducir la acumulación de legañas en los ojos al despertar. Algunas recomendaciones:

  • Lavarse la cara con agua tibia al levantarse.

  • No compartir toallas ni cosméticos.

  • Retirar el maquillaje antes de dormir.

  • Evitar frotarse los ojos con las manos sucias.

  • Dormir en un entorno limpio, con textiles lavables y ventilación adecuada.

  • Si se usan lentillas, seguir correctamente las pautas de uso e higiene.

Las legañas en los ojos al despertar forman parte del sistema de defensa natural de nuestros ojos, pero también pueden ser un indicador de que algo no va del todo bien. Observar su cantidad, color y textura nos permite actuar a tiempo si hay alguna alteración. Dormir en condiciones óptimas y cuidar de nuestra salud ocular es también una forma de descanso reparador.

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