Ser mejores personas. Y aquí podría acabar la lista de propósitos de año nuevo, haciéndolo por el principio. Pero lo de ser mejores personas no debería ser un propósito de año nuevo, sino una cualidad inherente al ser humano. Y es que lo de ser mejores personas es una cualidad que hace que todo sea mejor a nuestro alrededor cuando la acentuamos.
Ahora que ya sabemos el truco para mejorar nuestro entorno, vamos a intentar mejorar nuestra parcela personal con una serie de propósitos que, como cada año, nos marcamos. Propósitos que unas veces —las menos— cumplimos y otras otras veces cumplimos menos de lo que nos gustaría.
A medida que van pasando los años nuestras aficiones, inquietudes e intereses van cambiando y llega un momento en la vida en que lo que realmente quieres es cuidarte. Atrás quedaron los atracones gastronómicos, lo de practicar deporte a lo loco y lo de trasnochar y madrugar a la vez. Llega un momento en la vida en el que mantenerse es el plan, que no es poco. Hacer deporte, comer bien y dormir mejor como estilo de vida a partir de los 40. Healthy Life, amics.
Con el tema de los propósitos, el propósito es seguir haciendo lo que hemos estado haciendo hasta ahora pero mejor. Cambiar la práctica de deportes de riesgo como el esquí o el fútbol —sí, a partir de cierta edad es deporte de riesgo de lesión importante— por deportes menos agresivos como el golf, el running o salir simplemente a caminar. Cambiar las comidas pesadas e indigestas por la dieta mediterránea, mucho más saludable y recomendada por nutricionistas y especialistas de la salud. Y, sobre todo, mejorar y cuidar el descanso. Dormir un mínimo de 8 horas y hacerlo en un colchón que se adapte a nuestras condiciones físicas de descanso es fundamental para afrontar una nueva jornada.
Como podemos comprobar, los propósitos de año nuevo no tienen por qué cambiar nuestros hábitos y costumbres, sino mejorarlos.