El sonambulismo es una parasomnia entendida como una conducta o experiencia no deseada que ocurre durante el sueño. El ciclo normal del sueño está compuesto por 5 etapas, que se dividen en sueño no REM (las 4 primeras) y el sueño REM (la última fase). La condición del sonambulismo se manifiesta principalmente en la fase 3. Durante las primeras cuatro etapas (sueño no REM), el cuerpo experimenta una relajación progresiva y entra en un estado de restauración. Este es el momento de mayor profundidad de descanso, donde el cerebro emite ondas lentas, esenciales para la recuperación física y el fortalecimiento del sistema inmunológico.
Los episodios de sonambulismo suelen durar unos 10 minutos, aunque en algunos casos pueden extenderse más tiempo. Esta duración puede variar en función de factores como la profundidad del sueño o la fatiga acumulada. Generalmente ocurren durante las primeras horas de sueño, cuando el cuerpo está en su fase más profunda de descanso. En la mayoría de los casos, las personas no recuerdan haber tenido el episodio al despertarse, lo que hace que muchos acontecimientos de sonambulismo pasen desapercibidos si no son observados por alguien más.
El sueño profundo es la más importante de todas las fases del sueño, pues es la que determinará un descanso de calidad.
¿Es hereditario el sonambulismo?
El sonambulismo tiene un fuerte componente hereditario. Un estudio publicado en Molecular Psychiatry en 2003 descubrió la relación entre el gen HLA-DQB1*0501 y una mayor predisposición a ser sonámbulo, proporcionando la primera evidencia científica de que esta condición puede ser heredada. Aunque es más común en niños, afectando entre el 10% y el 20% de los niños entre 4 y 8 años según la Sociedad Española del Sueño (SES), puede continuar en la adultez, especialmente si está asociado con otros problemas como falta de sueño, ansiedad o incluso algunos trastornos mentales.
Síntomas del sonambulismo
Los síntomas del sonambulismo incluyen:
- Caminar dormido o realizar actividades mientras se está inconsciente.
- Hablar durante el episodio con coherencia limitada.
- Ojos abiertos pero con una mirada vacía.
- Dificultad para despertar durante el episodio.
- No recordar lo sucedido después del episodio.
- Movimientos torpes o acciones complejas como abrir puertas o conducir.
¿Es peligroso despertar a un sonámbulo?
Contrario a la creencia popular, no es peligroso despertar a un sonámbulo. De hecho, es más peligroso el no despertar a la persona y que pueda hacerse daño durante el episodio al no ser consciente de sus movimientos, ya sea por simples choques con muebles u objetos en su camino. Por ello, si conoces o convives con un sonámbulo y ves que es posible que resulte herido, lo mejor es guiarle suavemente de vuelta a la cama.
Si la persona sonámbula se despierta, es común que se muestre confundida y desorientada, pero es algo común y no supone peligro alguno.
Tratamientos y recomendaciones
La mayoría de los casos de sonambulismo no requieren tratamiento específico. Sin embargo, si los episodios son demasiado frecuentes o peligrosos, como cocinar o conducir mientras se duerme, es importante acudir a un médico. Además, se recomienda evitar el consumo de sustancias como el alcohol o drogas, descansar adecuadamente y reducir el estrés. En algunos adultos, los antidepresivos pueden contribuir a los episodios de sonambulismo, por lo que su evaluación es crucial.
Mantener un ambiente seguro y consultar a un profesional en casos extremos son las mejores acciones a seguir para lidiar con esta condición.