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Evitar el reflujo nocturno es importante para aquellas personas que sufren malestar digestivo antes de irse a dormir ¿Por qué? Pues porque esa sensación de ardor afectará sin duda a la conciliación y a la calidad de tu sueño.

¿Pero que es exactamente eso a lo que comúnmente le llamamos reflujo? El reflujo nocturno o gastroesofágico ocurre cuando el esfínter esofágico, una especie de “válvula” que conecta el esófago con el estómago, no se cierra correctamente. Esto permite que los ácidos del estómago suban hacia el esófago, donde pueden irritar y dañar su delicada pared interna. Como resultado, se experimenta una sensación de incomodidad, ardor e incluso dolor, que a largo plazo puede derivar en otros problemas.

La Fundación Española del Aparato Digestivo lleva años haciendo una enorme actividad científica y docente y cultural de carácter particular y privado sin ánimo de lucro. Su objetivo es promover la salud digestiva de la población española por todas las consecuencias que esta tiene en nuestro día a día.

¿Por qué sufro reflujo nocturno?

Lo primero que tienes que saber es que esta afección no solo surge durante la noche, sino que el hecho de estar tumbado propicia este fenómeno. Esta posición dificulta la digestión, ya que el tono del esfínter esofágico disminuye y las secreciones ácidas consiguen retornar hacia el esófago y la boca.

También hay alimentos o estilos de vida que propician este hecho como el chocolate, las bebidas gaseosas, las vinagretas, la cebolla, el ajo o el tomate. En general, los productos demasiado picantes, los cítricos, las frituras o con mucha grasa favorecen la presencia del reflujo. Hábitos como fumar, beber alcohol, té o café puede afectar al desempeño de la digestión y causar molestias.

Por otro lado, es importante mencionar que algunos medicamentos pueden afectar a la mucosa del esófago y, por ende, provocar reflujo y acidez estomacal.

Sufrir reflujo nocturno no es una situación irreversible. Existen varias medidas que pueden ayudarte a prevenir o librarte de esta dolencia. Cuando el reflujo es recurrente o provoca demasiada molestia se debe acudir a un médico para determinar las causas y el tratamiento adecuado.

reflujo nocturno

Síntomas del reflujo gastroesofágico

El síntoma más frecuente que puedes sufrir si tienes reflujo es la sensación de ardor o acidez en la boca del estómago o el centro del pecho, incluso puede llegar a provocar un sabor ácido en la garganta. Esta sensación se denomina pirosis. También puedes reconocer con facilidad esta afección por la regurgitación de alimentos.

Otros síntomas menos frecuentes pero que puedes experimentar es dolor de estómago y de pecho, dificultad y dolor al tragar, tos crónica, ronque, asma, etc. Si quieres evitar el reflujo nocturno, de dejamos unas recomendaciones que puedes empezar a implementar para combatir este fenómeno. Sin embargo, si la situación no cambia o se incrementan los síntomas, lo mejor es acudir a un especialista.

dormir bien

Claves para evitar el reflujo nocturno

Aun así, a continuación te ofrecemos algunos consejos que pueden ayudarte a evitar el reflujo por las noches y dormir mejor:

  • Evitar comer antes de dormir. No estamos diciendo que sea mejor irte a la cama sin cenar, pero tampoco es favorable ingerir comida momentos antes de acostarte. Lo ideal es cenar ligero entre dos o tres horas antes de dormir para controlar las secreciones gástricas.

Además, incluir alimentos con alto contenido en magnesio y calcio para regenerar y proteger las mucosas del sistema digestivo y la cavidad bucal.

cómo evitar el reflujo nocturno

  • Dormir del lado izquierdo. En artículos anteriores explicamos por qué dormir por el lado izquierdo es la mejor posición para dormir. Uno de los motivos más importantes es que ayuda a reducir la acidez de estómago por las noches. Esta postura favorece que el esfínter del esófago no deje expuesto al reflujo mientras que, dormir del lado derecho consigue el efecto contrario.
  • Bajar de peso. Las personas con sobrepeso tienden a sufrir más reflujo gastroesofágico debido a la acumulación de grasa en la zona abdominal. Esto lo que provoca es una mayor comprensión gástrica y hace que los ácidos consigan retornar hacia el esófago.
  • Utilizar ropa cómoda. Tanto por la comodidad como por la salud, es mucho mejor dormir con prendas sueltas. De esta manera no incrementamos la presión abdominal y evitamos los síntomas del reflujo.
  • Si duermes la siesta, es recomendable hacerlo mejor en un sofá o sillón en posición sentada. Acostarse en la cama es una posición que podría provocar acidez y generar un malestar que te impida echar esa «necesaria» cabezada.

Una vez que el reflujo nocturno ya está presente, ¿cómo puedo aliviarlo?

  • Elevar la cabecera de la cama. Una de las medidas más aconsejables para combatir el reflujo por la noche es elevar ligeramente el torso unos 15 cm. Esta posición contribuye a reducir la exposición al ácido estomacal y el tiempo de eliminación del reflujo. ¡Pero ojo! Las almohadas resultan insuficientes y, además, a veces pueden provocar dolores cervicales. Es importante que esta elevación sea desde la cintura hacia arriba. Por este motivo las camas articuladas aparecen como la mejor solución para combatir esta afección.
  • Mantenerse hidratado: Tomar pequeños sorbos de agua antes de acostarse puede ayudar a calmar la acidez y neutralizar parcialmente los ácidos estomacales. Sin embargo, evita bebidas carbonatadas o con cafeína, ya que pueden empeorar los síntomas.
  • Incluir productos antiácidos naturales: Si tienes molestias, beber una infusión de jengibre o manzanilla puede ayudar a calmar la irritación del esófago, además de favorecer la relajación. En este artículo, te dejamos las mejores infusiones para dormir.
  • Controlar la postura al despertar: Si te despiertas con molestias, es preferible sentarte y esperar unos minutos antes de levantarte completamente, permitiendo que los ácidos se estabilicen.

El reflujo nocturno es un recordatorio de cómo nuestra salud digestiva puede influir profundamente en nuestra calidad de vida, especialmente durante el descanso. Abordar estas molestias implica adoptar estrategias simples pero efectivas que contribuyen a noches más tranquilas y a un bienestar general más sólido. Si bien pueden parecer muchos pasos a tener en cuenta, cuidar estos hábitos pueden transformar cada noche en una oportunidad para regenerar cuerpo y mente y convertirse en un objetivo alcanzable.