El Índice de Masa Corporal (IMC) es una fórmula utilizada para determinar si una persona tiene un peso saludable en relación con su estatura. Puede calcularse como la masa corporal de una persona dividida entre el cuadrado de la altura y expresada en kg/m2.
Por tanto, utilizamos el IMC para valorar si el peso de una persona es apropiado para su altura, es decir, nos permite saber si una persona se tiene un peso saludable o no. Existen cuatro categorías en la que se puede clasificar una persona según su índice: por debajo del peso apropiado, peso normal, sobrepeso u obesidad.
¿Cómo podemos saber si nuestro IMC es saludable?
Es importante puntualizar que este índice no presenta los mismos parámetros para niños y adolescentes que para los adultos y no tiene en cuenta otros factores importantes para determinar el peso de una persona como la diferenciación entre grasa y músculo ni las características físicas como la estructura del cuerpo.
Aun así, la OMS considera que un IMC saludable en personas adultas se encuentra entre 18,5 – 25 kg/m2. Si el IMC se encuentra por debajo de 18,5 kg/m2 estaríamos ante un caso de delgadez que incrementaría su gravedad conforme fuéramos descendiendo en la escala del índice.
Si la medida es superior a 25kg/m2 estaríamos en una situación de sobrepeso que se iría agravando conforme fuéramos escalando en los parámetros establecidos, pudiendo llegar a una obesidad muy severa.
¿Qué relación debe haber entre mi IMC y mi colchón?
Como solemos decir, el colchón ideal es aquel que mejor se ajusta a las necesidades y características de cada individuo y el IMC es uno de esos factores clave que deben ayudarnos a elegir de manera óptima un tipo de colchón u otro.
Para asegurar un descanso saludable debemos mantener una buena posición de nuestra columna vertebral y esto, en buena medida depende de la firmeza de nuestro colchón. Debemos encontrar aquel colchón que consigue alcanzar un equilibrio perfecto entre firmeza y adaptabilidad, para lo que es muy necesario conocer con exactitud nuestro IMC. ¿Por qué?
Pues porque si tenemos un colchón demasiado firme para nuestro índice, cada vez que estemos durmiendo ejerceremos de forma prácticamente inevitable presión en determinados puntos de nuestro cuerpo. El resultado es un sueño no reparador, dolor muscular y articular y un sueño poco saludable.
Por el contrario, si nuestro colchón es demasiado suave en relación con nuestro IMC estaremos provocando una desalineación de la columna vertebral mientras dormimos y, de nuevo, estaremos afectando negativamente a la calidad del sueño.
Por ese motivo, debemos tener claro cuál es el tipo de colchón que debemos elegir una vez tengamos claro cuál es nuestro índice de masa corporal:
- IMC menor de 25: debemos escoger un colchón un poco más suave.
- IMC entre 25 y 30: entonces tu colchón debe de tener una firmeza media.
- IMC mayor de 30: deberías buscar un colchón firme.