«¿Por qué tengo tanto sueño?» Esta es una de las preguntas más frecuentes cuando el cansancio se convierte en un compañero constante. No hablamos de esa sensación puntual tras una mala noche, sino de una somnolencia que se repite a lo largo de la semana y afecta a la concentración, el rendimiento y hasta al estado de ánimo.
Dormir debería ser suficiente para recuperar energías, pero cuando tras 7 u 8 horas seguimos agotados, lo que falla no siempre es la cantidad, sino la calidad del sueño o la presencia de otros factores médicos y de estilo de vida. Antes de alarmarse, conviene analizar posibles causas y hacerse nuevas preguntas:
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¿Estoy durmiendo las horas recomendadas según mi edad?
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¿Mi sueño es continuo o me despierto varias veces durante la noche?
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¿Existen problemas de salud o medicación que puedan provocar fatiga?
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¿Influye mi alimentación o mis hábitos diarios en esta sensación de cansancio?
Responder con sinceridad a estas cuestiones es el primer paso para entender qué está pasando con nuestro descanso.
Posibles causas de tener tanto sueño
1. Trastornos del sueño
La apnea obstructiva del sueño, el insomnio crónico o el síndrome de piernas inquietas son ejemplos de patologías que alteran la continuidad del descanso. En estos casos, aunque se cumplan las horas de sueño, el cerebro no alcanza las fases profundas necesarias para recuperarse.
2. Estrés y ansiedad
Las preocupaciones cotidianas mantienen al sistema nervioso en alerta. Esto provoca microdespertares durante la noche y reduce la calidad del sueño REM, la fase clave para restaurar funciones cognitivas.
3. Mala higiene del sueño
Horarios irregulares, cenas copiosas, uso de pantallas antes de dormir o un entorno con demasiado ruido o luz pueden condicionar directamente el descanso y hacer que la sensación de fatiga se acumule.
4. Problemas de salud
Enfermedades como hipotiroidismo, anemia, depresión, diabetes o deficiencias vitamínicas se asocian con somnolencia persistente. En muchos casos, el cansancio es uno de los primeros síntomas que aparece y puede servir como señal de alerta.
5. Estilo de vida
El exceso de cafeína o alcohol, una dieta pobre en nutrientes o la falta de ejercicio físico influyen en la capacidad del cuerpo para regular la energía. Dormir bien no compensa los efectos de unos hábitos poco saludables.
¿Cuándo preocuparse?
Si cada mañana la primera pregunta que te haces es “por qué tengo tanto sueño”, conviene observar si hay otros síntomas asociados:
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Dolores de cabeza frecuentes.
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Dificultad para concentrarse o pérdida de memoria.
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Cambios de humor o irritabilidad.
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Episodios de quedarse dormido en situaciones de riesgo, como al conducir.
En estos casos, lo recomendable es consultar con un médico o especialista en sueño para descartar patologías y recibir un diagnóstico preciso.
Preguntas frecuentes (FAQ)
¿Dormir más horas soluciona el problema?
No siempre. Si la causa está en un trastorno del sueño o en un problema médico, aumentar las horas en la cama no elimina la somnolencia.
¿La siesta ayuda si tengo mucho sueño?
Sí, siempre que sea breve (10-30 minutos). Una siesta corta puede mejorar el rendimiento, pero una excesiva puede alterar el ciclo de sueño nocturno. Te contamos más aquí.
¿Qué hábitos puedo mejorar?
Mantener horarios regulares, cenar ligero, evitar pantallas antes de dormir, exponerse a la luz natural durante el día y practicar técnicas de relajación como la respiración profunda o el mindfulness.
Preguntarse “por qué tengo tanto sueño” es una señal del cuerpo. Puede que detrás haya causas leves, como hábitos mejorables, o situaciones médicas que requieren atención. Escuchar esa señal y actuar en consecuencia es clave para recuperar energía y bienestar.
En Senttix creemos que El Buen Dormir es un pilar de salud, y que entender lo que nos ocurre al despertar es el primer paso para construir días más plenos.