El grounding, también conocido como earthing, es una práctica que consiste en conectar el cuerpo humano directamente con la superficie de la tierra, ya sea a través de caminar descalzo sobre el suelo natural, la hierba o la arena, o mediante el uso de dispositivos especializados. La base científica detrás del grounding radica en el intercambio de electrones libres de la tierra al cuerpo humano, ayudando a neutralizar los radicales malos y reducir el estrés oxidativo.
Esta conexión con la tierra no es un concepto nuevo. Durante la mayor parte de la historia humana, caminar descalzo o dormir cerca del suelo era una práctica común. Sin embargo, la vida moderna, con el uso de zapatos y viviendas elevadas, nos ha desconectado de esta conexión natural, lo que podría estar contribuyendo a un aumento de problemas inflamatorios y crónicos.
Origen e investigación del grounding
El interés por el grounding comenzó a mediados del siglo XX, cuando investigadores y terapeutas empezaron a observar cómo las personas que pasaban más tiempo al aire libre y en contacto con la naturaleza tendían a tener una mejor salud general. Estudios iniciales sugirieron que la interacción entre los electrones de la tierra y el cuerpo humano podía influir en los sistemas nervioso e inmunológico.
En el año 2010, el investigador Clinton Ober publicó el libro Earthing: The Most Important Health Discovery Ever?, que popularizó el grounding como una práctica para mejorar el bienestar físico y mental. Desde entonces, investigaciones publicadas en revistas científicas como el Journal of Inflammation Research y el Journal of Environmental and Public Health han destacado sus beneficios en la reducción de la inflamación, la mejora de la circulación sanguínea y la recuperación muscular.
Beneficios del grounding en la salud física y mental
- Reducción de la inflamación
Los electrones libres que se transfieren al cuerpo durante el grounding actúan como antioxidantes, neutralizando los radicales libres responsables de la inflamación. Esto puede ser especialmente útil en personas con artritis, enfermedades cardiovasculares o problemas autoinmunes. Según un estudio publicado en el la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, el grounding puede disminuir marcadores de inflamación crónica significativamente en personas que practican esta técnica de manera regular. - Mejora del equilibrio mental
Conectar con la tierra tiene un efecto calmante sobre el sistema nervioso. El grounding ayuda a regular los niveles de cortisol, la hormona clave del estrés, y fomenta un estado de equilibrio mental conocido como mind-balance. Este estado de calma reduce los niveles de ansiedad, mejora la concentración y favorece una sensación de bienestar general. - Mejor calidad del sueño
El grounding ayuda a sincronizar los ritmos circadianos, promoviendo un descanso más reparador. Estudios han demostrado que las personas que practican grounding antes de acostarse tienen menos despertares nocturnos y una mayor sensación de descanso al despertar.
¿Cómo complementar el grounding con el descanso nocturno?
El grounding no se limita a las actividades diurnas. También puedes aplicarlo como complemento para mejorar la calidad de tu sueño. Aquí te dejamos algunos consejos:
- Utiliza camas y ropa de cama con materiales naturales: Elige colchones, sábanas y almohadas hechos con algodón, lino o lana orgánica. Estos materiales son transpirables, cómodos y ayudan a reducir la acumulación de electricidad estática, favoreciendo un descanso más equilibrado.
- Crea un ambiente natural en tu dormitorio: Además de las herramientas de grounding, asegúrate de reducir la exposición a la luz azul (vamping) y asegúrate de mantener tu habitación a una temperatura fresca y agradable. Estos factores, combinados con el grounding, optimizan tu calidad de sueño. En este artículo te explicamos cómo hacerlo.
- Dedica unos minutos antes de acostarte al grounding exterior: Si es posible, camina descalzo sobre césped o arena durante al menos 15 minutos antes de dormir. Este sencillo hábito ayuda a liberar tensiones acumuladas y prepara al cuerpo para un descanso más profundo.
Cómo podemos incorporarlo en el día a día
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- Camina descalzo siempre que puedas: En el parque, en la playa o incluso en tu jardín. El simple acto de caminar descalzo ayuda a restaurar el equilibrio eléctrico de tu cuerpo.
- Haz grounding mientras meditas: Aprovecha tus sesiones de mindfulness o meditación para practicar grounding. Siéntate descalzo sobre el césped o la arena, y combina esta práctica con ejercicios de respiración profunda para amplificar sus beneficios.
- Utiliza productos específicos: Si vives en una ciudad o no tienes acceso regular a espacios naturales, puedes optar por alfombrillas de grounding, sábanas o incluso bandas conductoras que puedes usar en casa.
El grounding ofrece una solución simple y accesible para reducir los efectos de las enfermedades inflamatorias y crónicas mientras promueve un equilibrio físico y mental. Aunque no reemplaza la medicina convencional, es un complemento natural que puede mejorar significativamente nuestra calidad de vida. En un mundo donde vivimos cada vez más desconectados de nuestra esencia natural, volver a lo básico y reconectar con la tierra es muy necesario. Como dijo John Muir, uno de los primeros naturalistas: «En cada paseo con la naturaleza, uno recibe mucho más de lo que busca».